3 Diferencias entre la preparación de té al estilo oriental y occidental
3 Diferencias entre la preparación de té al estilo oriental y occidental
¿Te ha sucedido que te topas con una degustación de té al estilo oriental y te maravillas por la intensidad de los aromas y sabores? Luego, ¿intentas realizar tu propia preparación de té en casa y sientes que no obtienes el mismo resultado?
Durante muchos siglos el té se ha disfrutado a lo largo del mundo, teniendo cada cultura su propia manera de degustarlo según sus costumbres y necesidades. Se han marcado así grandes diferencias en cuanto al perfil de sabor que se puede obtener de un té, abriendo paso a la variedad y diversificación del mismo.
Esto ha provocado que existan diferencias a su vez en la manera de prepararlo, dando lugar a estilos muy diferenciados entre Oriente y Occidente; aspectos que analizaremos a lo largo de esta nota para entender el impacto que provocan en el sabor del té.
Diferencia N°1: Tamaño de los implementos
A simple vista, la diferencia más obvia entre ambos estilos es el tamaño de los implementos que se utilizan en la preparación de té. En este lado del mundo conocemos muy bien el tipo de teteras usadas para preparar té, usualmente son de más de medio litro de capacidad y en muchas ocasiones poseen porta filtro.
Por otra parte, en la preparación de té al estilo oriental se ocupan teteras usualmente de menos de medio litro de capacidad y con este método se dejan reposar las hojas libremente dentro de la tetera.
Que el recipiente donde se prepare el té sea de menor tamaño permite una concentración de químicos liberados por las hojas del té más homogénea y un perfil de sabor más intenso y equilibrado, algunos ejemplos de teteras orientales más populares son:
Kyusu japonés
Tetera de origen japonés cuya característica más llamativa es que trae un mango por el costado en vez de un asa, permitiendo tomar la tetera, sostener la tapa y servir; todo con la misma mano.
Tetera Yixing
Tetera de origen chino, elaborada específicamente de arcilla Yixing, la cual absorbe de mejor manera el sabor del té, haciendo que cada preparación en esta sea más deliciosa. Suele ser de muy pequeño tamaño, 100 a 150 ml, cabiendo por lo general en la palma de una mano.
Gaiwan
Se trata de un cuenco pequeño con una tapa y un plato, el cual está diseñado para poder usar la tapa para servir el té filtrando a su vez las hojas, también se puede beber directamente de él sin necesidad de verter la infusión en otro recipiente.
Diferencia N°2: Gramos de té utilizados
Otra notable diferencia es la cantidad de té empleada en relación con los mililitros de agua a utilizar. En Occidente, usualmente se utilizan de 2 a 3 gramos de té por cada 200 a 250 ml de agua. Por otro lado, para el té al etilo oriental, la cantidad puede variar de 5 a 7 gramos de té por cada 100 a 150 ml de agua.
Esto probablemente se relacione con la diferencia de tamaño en los implementos que pudimos analizar en el punto anterior, ya que si en Occidente se usaran cantidades iguales a las de Oriente las preparaciones serían muchísimo más costosas y difíciles de manejar por demás.
¿Qué impacto posee esta diferencia en el sabor?
Este aumento en el gramaje que emplean en Oriente provoca que la liberación de químicos sea más rápida durante el proceso de infusión, lo cual debe ser compensado con un manejo adecuado de las variables en la preparación de té. Teniendo cuidado con la temperatura, el tiempo y el tipo de té en cuestión. Si el manejo de las variables es efectivo, puede resultar en un té de un perfil sensorial muy rico; sin embargo, si éste no es bien efectuado, el té puede quedar con notas indeseadas.
Diferencia Nº3: Manejo de las variables en la preparación de té
En Occidente, las variables de preparación están generalmente estandarizadas; es decir, por lo general siempre será el mismo tiempo de infusión, cantidad de té a utilizar y temperatura según la tipología o el té en específico que se esté preparando.
Todo esto facilita las cosas a la hora de querer preparar correctamente un té, permitiendo que su perfil sensorial resulte equilibrado en cuanto a gustos básicos y aromas. Sin embargo, al usar menor volumen de té y mayor cantidad de agua, incluso si intentamos jugar un poco con las variables para obtener otros resultados en el perfil sensorial, probablemente no podamos obtener un resultado muy diferente, haciendo que en ciertas ocasiones no se puedan resaltar características únicas del té en cuestión.
¿Y qué sucede con el manejo de estas variables en Oriente?
Por otra parte, cuando hablamos del té al estilo oriental, no existen reglas estipuladas de cómo realizar la preparación de té. Cada persona puede variar esto según vea conveniente; es decir, el mismo té puede ser preparado con 75°C o bien 100°C independientemente de la tipología. Además, el tiempo de infusión tiende a ser de corta duración, pudiendo ser de 10, 20, 40 segundos o más, llegando inclusive al minuto. Con esto vemos claramente que no existe una estricta manera “correcta” ni única para cada tipología o té en específico.
La magia de la arbitrariedad
Esta manera “arbitraria” de preparación de té, sumado también a la mayor cantidad de té en relación al agua utilizada, permite que se resalten ciertos rasgos específicos del té y que se logren perfiles distintos con mayor eficacia, haciendo que un mismo té sea mucho más versátil. Sin embargo, se requiere de gran experticia para poder controlar bien todas estas variables, ya que es muy fácil estropear los buenos rasgos del té teniendo como resultante notas indeseadas.
Diferencia adicional: cantidad de re-infusiones admitidas
Esta última diferencia bonus es un dato que viene de la experimentación personal sobre cada método. Por un lado, la forma occidental está hecha para ser infusionada una, dos, hasta tres veces como mucho; teniendo un carácter mucho más débil a partir de la segunda infusión. Por otra parte, una preparación de té al estilo oriental está hecha especialmente para que puedas infusionar tu té muchísimas veces; pudiendo resultar en 4, 7 e incluso 10 re-infusiones las que pueden obtenerse de las mismas hojas hidratadas. En este caso, las primeras infusiones tienen un carácter algo débil en comparación al método occidental. Eso sí, ganando mucha fuerza a partir de la segunda o tercera infusión.
Entonces… ¿cuál método es mejor?
Ambas técnicas tienen ventajas y desventajas. El té al estilo oriental permite una infusión más homogénea y concentrada, resaltando rasgos específicos del perfil sensorial de un té y dándole mayor versatilidad a la infusión. Sin embargo, el control de las variables hace que sea difícil de manejar en un inicio, teniendo como resultado, en muchas ocasiones, notas indeseadas en el té. Se requiere de paciencia, práctica y experiencia para poder dominar estas técnicas.
En la técnica occidental todo está mucho más estandarizado, haciendo que sea fácil de aprender y manejar, teniendo como resultado un té equilibrado a coste de que sea menos versátil y que ciertos rasgos de su perfil pasen algo desapercibidos.
Recomendaciones antes de finalizar
El método que se ajuste mejor a tus necesidades dependerá de varios factores. Si tienes poca experiencia preparando té sería idóneo comenzar por los métodos occidentales, cuya estandarización facilitan el aprendizaje. Por otra parte, si ya llevas tiempo en el mundo del té y tu deseo es experimentar perfiles nuevos, recomendamos que te aventures a usar los métodos orientales.
Como última recomendación, nos gustaría hacer hincapié en el tipo de té que se quiera infusionar. Cada té está intencionado para ser preparado con un estilo u otro; es decir, que los tés populares en occidente, como lo son varios tés negros y blends, salen a relucir mejor su perfil sensorial regularmente con el método de preparación occidental, liberando la mayor parte de sus químicos rápidamente en la primera infusión.
Atención con ciertas tipologías de origen
Por otra parte, muchos tés verdes ya sean chinos o japoneses, también varios oolongs taiwaneses, tés blancos, entre otros… tendrán mejores resultados con una preparación de té al estilo oriental, ya que la liberación de sus químicos es más paulatina y su perfil puede ir transformándose con cada re-infusión, resultando en una experiencia única y rica sensorialmente.
¿Ya se sienten listos para elegir el método que más te agrade?
Piensa que en realidad no existe un mejor método, simplemente existe una diversidad de formas, sabores y colores; lo cual hace del té algo que nos une a todos, sin importar la forma, el lugar, ni la época, al final todos amamos el té.
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Nota desarrollada por: Aiory Camps
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