Crisis política y económica afecta a la industria del té de Sri Lanka
Crisis política y económica afecta a la industria del té de Sri Lanka
La próspera industria del té de Sri Lanka se ha visto afectada con una drástica caída de sus exportaciones de té, debido a quizás la peor crisis económica en la historia de este país.
La industria del té recibe un duro golpe
Durante los últimos tres meses, Sri Lanka se ha visto afectada por una grave escasez de combustible, alimentos y otros elementos esenciales después de que se agotaran sus reservas de divisas. El país actualmente debe más de 51.000 millones de dólares (49.950 millones de euros) a prestamistas extranjeros y la inflación supera el 50%.
Aunque hace un par de semanas los legisladores eligieron a Ranil Wickremesinghe como presidente de Sri Lanka, a muchos aún les preocupa que la turbulencia pueda continuar y que la crisis económica empeore si la normalidad no regresa lo suficientemente pronto.
Expertos señalan que antes de la crisis económica del país, las exportaciones de té representaban 1300 millones de USD anuales y el 5% de toda la producción mundial de té, pero ahora ha caído drásticamente a su nivel más bajo en más de dos décadas.
Entendamos que Sri Lanka produce alrededor de 300 millones de kilogramos de té al año y es predominantemente un productor de té ortodoxo. De hecho, Sri Lanka es el mayor proveedor de tés ortodoxos y exporta más del 95% de su producción.
Y la situación actual de la nación insular ha ido afectando directa y severamente la calidad de su producción, por ejemplo, con los cortes de energía por tiempos prolongados que han provocado que las hojas de té cosechadas se marchiten y se echen a perder.
Número rojos para el té de Sri Lanka
“La producción de té ha caído un 18% y esto se debe en gran parte a la escasez de fertilizantes y combustibles. Necesitamos una corrección de rumbo pronto y no debería haber grandes interrupciones de aquí en adelante”, dijo Jayantha Karunaratne, presidente de la Asociación de Comerciantes de Té de Colombo.
La industria del té, que ahora tiene más de 150 años de existencia, se enfrenta a una crisis que afecta principalmente a las partes interesadas más pequeñas del sector, que son responsables de alrededor del 75 % de la producción de té.
Karunaratne señaló que el gobierno necesitaba tomar medidas asertivas para restaurar el combustible y estabilizar cuanto antes los suministros de fertilizantes, puesto que el peligro de perder el mercado mundial del té está latente.
“El té es una gran fuente de divisas. Está en juego el futuro de casi 500.000 pequeños propietarios y la situación podría afectar a más de dos millones y medio de personas empleadas o involucradas en trabajos directos e indirectos relacionados con la industria del té”, dijo Roshan Rajadurai, miembro de la Asociación de Plantadores de Ceilán.
“Solo el sector de las plantaciones es responsable de al menos el 10% de la población y, en ese sentido, tienen que asegurarse de que los trabajadores estén bien atendidos, ya que dependen totalmente de sus gerencias”, agregó.
Según diversas estimaciones, siete prósperos distritos de cultivo de té, 264 fábricas de té privadas y otras 258 fábricas administradas por el gobierno han estado operando con graves problemas.
Políticas fallidas para el sector agricultor
Muchos atribuyen la crisis actual que afecta a la industria del té a la adopción de políticas equivocadas, que se tomaron sin consultar a los expertos y miembros del sector agricultor.
En 2015, el expresidente Maithripala Sirisena prohibió la importación y el uso de glifosato y otros fertilizantes químicos, sin realizar ninguna consulta previa al Tea Research Institute o a los representantes de los sectores involucrados. Además, tampoco se ofrecieron herbicidas alternativos.
“Luego, en 2021, el [recientemente] presidente derrocado Gotabaya Rajapaksa, nuevamente sin consultar con la industria, prohibió no solo todos los fertilizantes químicos, sino también todos los pesticidas y herbicidas. Los funcionarios que no estaban de acuerdo con esta política fueron despedidos o expulsados de sus cargos y puestos de trabajo”, explica Rohan Pethiyagoda, expresidente de Sri Lanka Tea Board.
Esta pérdida de ingresos del té y otros cultivos de exportación jugó un papel clave en el rápido declive económico de Sri Lanka.
La lógica detrás de la controvertida medida fue hacer que la agricultura de Sri Lanka fuera 100% orgánica. Aunque se levantó la prohibición de los fertilizantes, el país se ha quedado sin divisas desde entonces.
“La reducción que vemos en la producción de té es en gran medida el resultado de esa locura. El arroz fue el más afectado, con una disminución del 40% interanual”, agregó Pethiyagoda.
India pudiera aprovechar la situación a su favor
Dada la grave crisis que afecta a la industria del té de Sri Lanka, los expertos sintieron que se abriría una oportunidad para que India aprovechara la situación y ganara más mercado a su favor.
Recientemente, el presidente de la Asociación de Exportadores de Té de la India, Anshuman Kanoria, dijo que la industria espera que la cosecha de Sri Lanka sea un 15% menor este año debido a su declive económico.
“Ya hemos visto a compradores internacionales, que necesitan té de Sri Lanka para la elaboración de sus mezclas de té, comenzando a pagar precios más altos; ya que el té de ese país se ha vuelto [más] caro en alrededor de un 10-20%”, dijo Kanoria a los medios.
Sin embargo, la industria de Sri Lanka cree que podría ser una decisión difícil ya que los compradores internacionales son leales al té de la nación insular y a su insigne producción. Creen que con el impulso correcto y con la esperanza de que regrese la estabilidad política, la industria del té puede recuperarse.
“Si bien el té indio tiene su atractivo, lo que nosotros producimos es té ortodoxo artesanal y la calidad organoléptica y el sabor son completamente diferentes. Es por eso que el té de Sri Lanka tiene su encanto único”, dijo Rajadurai, miembro de la Asociación de Plantadores de Ceilán.
Productores de té esperan prontas mejorías
“En el lado positivo, el té ha vuelto a ser la fuente neta de divisas más importante de Sri Lanka, y los agroquímicos están comenzando a volver al mercado”, dijo Pethiyagoda.
Pero todos están de acuerdo en que aún faltan muchos años para alcanzar la producción anual prevista de 300 millones de kilogramos, al igual que el objetivo del país de volver a exportar la mayor parte de su té.
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Nota desarrollada por: Jesús Colina
Equipo de Tea Institute Latinoamérica
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